martes, 11 de enero de 2011

la vida y la muerte de las estrellas

Las estrellas funcionan como un gran reactor nuclear, ya que en su núcleo se realiza la combustión del hidrogeno, proceso que origina la formación del helio. El Helio al ser menos denso que su precursor hidrógeno, tiende a ascender hacia las capas más superficiales de la estrella. Si la estrella consta de masa y energía suficientes como para que este proceso no cese, al cabo de unos 10 000 millones de años se produciría el colapso de las capas del He acumulado, de tal manera que se empiece a quemar dicho elemento, esta combustión por tanto dará lugar a la aparición de nuevos elementos de mayor peso atómico: carbono, silicio y hierro, entre otros, dando lugar a lo que se denomina estrellas estratificadas.



Nuestro Sol se encuentra a la mitad de su ciclo vital, con sus 5000 millones de años le quedan otros tantos para que tenga lugar el colapso de sus capas de helio, sin embargo, nuestro sol no tiene masa y energía necesaria como para afrontar ese proceso, por lo cual cuando este proceso de colapso acaezca, nuestro sol implosionará, es decir, colapsará sobre si mismo y tras esto explotará, sin haber podido formar nuevos elementos químicos , como ocurría en estrellas de mayor masa y energía (denominadas “gigantes rojas”). Cuando una gigante roja implosiona (después de haber formado el resto de los elementos de peso atómico superior, el residuo que deja al explotar se conoce con el nombre de Supernova, que no es otra cosa que nubes de gas y polvo interestelar ricas en elementos químicos. Las supernovas son las precursoras de los sistemas solares de segunda generación y de los planetas y demás cuerpos celestes. Éste es el caso por ejemplo de la Vía Láctea y de nuestro sistema solar, ya que tras la aparición de la supernova, por acreción, el hidrógeno y el helio darán lugar a nuevos soles y los elementos sobrantes (más H y He, C, Si, Fe,…), formarán, también mediante la acreción o colapso de los mismos por atracción gravitatoria y choques, planetas, satélites, meteoritos, asteroides y gases interplanetarios.

Así, y por el efecto de la gravedad, los planetas más cercanos al sol, serán los de mayor densidad y por tanto más metálicos y pétreos, y según nos alejemos, éstos serán más fríos, gaseosos y de mayor tamaño y menor densidad.

Por tanto el nacimiento y muerte de una estrella, alimenta de luz y materia al Universo, en un reciclaje continuo.


Por ello podemos afirmar que todos y cada uno de nosotros somos parte de un todo, un todo que está hecho de lo mismo: de polvo de estrellas.




Así, el latir de nuestros corazones es el legado del propio latir del Universo, en él llevamos su eco y su belleza, en lo vivo y en lo inerte, para siempre…..







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